Comienza en la Pelvis de la mujer

La cavidad vaginal de la mujer es un templo sagrado con múltiples altares, para ser abordados con devoción suprema. Por eso es importante conocer bien como está conformada la rajita, la conchita, la pajarita, cuca, chimba, arepa, chucha, panocha, etc., como usted la quiera llamar de acuerdo a la región donde viva. Dentro de este contexto nos proponemos hacer un deslinde sobre las diferentes regiones sensitivas que comprende la vagina.

La descripción que se propone tiene como único interés hacer conocer las diferencias sensitivas que puede sentir la mujer en esta zona erógena. Conociendo en detalle cada una de sus partes, el hombre podrá acceder de mejor maneja a disfrutar de las mieles de placer que le ofrece a su hembra. Si bien el tema lo tocamos en esta sección de Sexo Oral, cabe también para otras circunstancias, situaciones dentro de la actividad sexual en pareja.

La Pelvis, el camino para el éxtasis

Si bien es el lugar, región donde reside la vagina, pocas veces se ha hablado de la riqueza erótica que guarda lo zona externa que la comprende. Poco detenimiento tenemos en explorarla. Pues bien, llegó la hora de aprender para despertar mas ganas en su mujer. No hay cosa que disfrute más una hembra que le pase la mano suavemente, como si fuera una pluma, por la zona que comprende el vello púbico, hágalo de manera sutil.

Si puede hacerlo de manera discreta, en un lugar público, introduciendo la mano por debajo del pantalón, hágalo con total confianza, no importando si ella le quita la mano por acto reflejo. Esa actitud provocadora les encanta a las mujeres, eso si, usted debe tener la suficiente confianza con su fémina, de lo contrario quedará como un simple guache, burdo, grotesco.

Si usted tiene una relación donde exista un alto grado de complicidad esta es una buena estrategia para despertar el morbo en ella, complemente esta actividad diciéndole frases morbosas al odio, y si hay gente a su alrededor mejor, mas se incrementa la libido de los dos. Hágalo una o dos veces, basta para no sobrepasarse, ni volverse intenso.

Jugar con la pelvis cuando se va en el carro, introduciendo los dedos de la mano, de soslayo, es provocar la imaginación de la mente en ambos. No se preocupe tanto de tratar de alcanzar meter los dedos en la rajita, esta actividad es incomoda para los dos por la posición en que se encuentran, tenga paciencia y espere. La idea central en este preámbulo es provocar, incitar, despertar las ganas de tener sexo.

Si puede jugar con los dedos húmedos mucho mejor, la sensación para ella es mucho mas placentera y pasionalmente dulce. Al llegar el momento del encuentro no olvide hacer énfasis en esta región. No dude en morderla, por favor sin brusquedad, sujete sus dientes en la piel mostrando suavidad, alterne rozando su lengua con besos fuertes y delicados.

Si usted hace bien esta labor, muy seguramente cuando llegue el momento de brindar placer en su vagina, su hembra ya estará húmeda sedienta de ser abordada a plenitud. Pero, ojo, no lo haga, siga mejor provocándola, hágase rogar que ella misma sea la que le pida cuerda. Entre mas extienda estos preámbulos, mucho mejor, mas se disfruta.

Después de brindar caricias en la pelvis, no continué allí mismo, traslade su foco de atención a otra zona erógena (pezones, cuello, espalda, hombros, etc.), esta estrategia se hace con el fin de despertar mas expectativa en ella, la idea es no ser evidente, crear siempre sorpresas donde ella no se imaginaba que la van a tocar de inmediato. Este juego erótico hace que el encuentro sea mucho más excitante para los dos, inténtelo y verá.