Los celos un problema mental

Los celos son tan viejos como el mundo, hay ejemplos desde tiempos inmemoriales como el rey Saúl echando a David luego de vencer a Goliath, o la historia de la diosa Hera (mitología griega), a quién consumían los celos por las infidelidades de Zeus, su marido.

Diversos estudios han detectado celos también en animales como en los chimpancés o en los elefantes. Sin embargo, la celotipia es una enfermedad donde la persona no se reconoce como enferma y se confunde con amor. Y, uno de los indicadores (síntomas) es la intensidad y la asiduidad con la que se presenta.

Los psicólogos tienden a pensar que las personas son inherentemente celosas porque sus trabajos, relaciones y bienes significan mucho y, por ende, no quieren perderlos. Se apegan, se aferran a las cosas.

Los celos suelen confundirse con la envidia, pero hay que diferenciarlos ya que mientras que la envidia es desear algo que tiene el otro, los celos están asociados al miedo de perder algo que se considera propio. Es una emoción de anticipación, explica Ralph Hupka, Profesor de Psicología, Emeritus de la California State University en Long Beach, y los disparadores suelen ser los mismos para hombres y mujeres. Son parte del desarrollo emocional de las personas.

Detrás de los celos se esconde la dependencia afectiva y la falta de autonomía, por eso el celoso es posesivo ya que dispone de la pareja, por ejemplo, como si fuera una propiedad privada.

Según Alain Krotenberg, la celotipia produce una especie de paranoia, el celoso percibe la realidad de forma distorsionada, está convencido y nada ni nadie podrá convencerle de lo contrario. Para él, todo se convierte en prueba irrefutable de sus celos, cualquier elemento sirve para justificar sus sentimientos y, por ende, su accionar.

Los celosos casi nunca aceptan su verdadero estado, ellos siempre son la víctima, el error está en el otro, no en ellos. Su visión periférica es escasa, nunca ven mas allá de lo que les indica sus emociones turbulentas.

La persona con esta clase de falencia afectiva, tiene una definición (comprensión de la idea) muy particular de lo que significa los sentimientos, los afectos, el amor, etc. Para ellos todo parte con el "prefijo": Me pertenece, es mío, yo tengo, yo puedo.

Para salir de ese círculo vicioso, la persona que sufre celotipia debería, mediante la ayuda de la terapia, recuperar su dignidad, elevar su autoestima y confiar en sí mismo y en la persona amada.