No me ataques mas

Hola,

Con el respeto que me mereces, ofrezco mis más sentidas disculpas por no responderte. Sentí miedo al hacerlo por todos esos recuerdos desafortunados que tengo guardados en mi memoria cuando, hace poco, tú me llamaste.

Tus improperios destructivos y malévolos contra mi, han creado un temor que descompensan mi estado de ánimo. Con sólo escuchar tu voz siento que el Cancerbero, en forma rauda, viene a perseguir a su víctima para luego destrozarla sin pudor y con sevicia.

El sólo interés tuyo es verme tendido y observarme sufrir. Pues bien, si este es el propósito, con creces has superado las expectativas cifradas en la meta fijada.

Siempre me has hecho sentir como la peor escoria: subvaloras mis esfuerzos, menosprecias mis luchas, te burlas de mis sueños, me catalogas de perdedor y, lo peor, deseas con toda tu alma mi derrota para verme sumido en el infortunio.

Por todo esto ya he sufrido. Para ti es una mera diversión el llamarme a atormentarme. No lo vuelvas hacer te lo imploro de rodillas; basta ya por favor; no arrastres más mi cuerpo moribundo por el sendero del desprecio, no azotes más el fuego de la hoguera con leños de odio. Baja tu mano, repósala en un altar y envíame mas bien bendiciones de apoyo que tanto necesito.

No tiene sentido que continúes atacándome de esa manera tan inclemente, yo nunca lo haré. De mi jamás recibirás palabras que aflijan tu cuerpo, por el contrario en cada nuevo amanecer, con devoción piadosa, invoco tu imagen y pido al Señor, nuestro Dios, para que te proteja y te llene de sabiduría en todas tus decisiones, ya te lo he dicho mil veces.

Aprovecho la oportunidad para desearte que seas muy feliz. Que el rocío de la nieve cubra de paz tu hogar, son mis deseos desde estas lejanas tierras.

Cuídate mucho y sigue tu vida.

Tu ex-esposo