Que mas puede haber

Muchas personas creen que en estos lugares el desenfreno erótico es total sin mediar reglas y condiciones. Permítame decirles que ocurre totalmente lo contrario: Cada lugar, cada espacio donde se de la actividad swinger existe un procedimiento de etiqueta en el área del comportamiento, que debe asumir la pareja, tanto el hombre como la mujer.

Como bien se ha advertido en otros escritos de esta sección (vale la pena leerlos para su mejor información), todo club swinger ofrece diferentes formatos de ambientes donde las parejas pueden disfrutar de diversas actividades de acuerdo a sus preferencias. Para nada podemos decir que es un corral de ganado donde todos entran y se entremezclan para llevar a cabo orgías fuera de control.

En este orden de ideas decimos entonces que hay espacios para: Poder bailar, poder observar, lugares privados para compartir sólo con su pareja sin necesidad que otros lo observen. Obvio, también están los ambientes donde se permite y se acepta (mediando el consentimiento de la pareja siempre) el disfrute en grupo en los campos del morbo y del sexo.

Es indispensable que la creatividad y la disposición afloren en su máxima expresión para poder permitir, aceptar y dar, a la hora de los juegos eróticos entre parejas. Previo a estos momentos es necesario primero tener un acercamiento con el grupo o pareja con la cual se desea involucrar. No se trata de llegar, y vamos para adelante que todos tenemos derecho de participar por el simple hecho de estar en un sitio swinger.

Es por eso que esta clase de lugares ofrecen la posibilidad de tener fiestas temáticas, actividades lúdicas (juegos, concursos, etc.) para facilitar el acercamiento entre las parejas. En el transcurso del desarrollo de las mismas, todos directa o indirectamente se van despojando de sus prevenciones o miedos.

Estimado lector, si usted es la primera vez que se aproxima a esta clase de temas, le recomendamos leer con atención otros artículos que se ofrecen en esta sección donde puede aclarar muchas de sus dudas. Si usted piensa en su imaginación que en estos lugares ocurren las cosas mas extrañas, no es cierto, son mas leyendas urbanas encunadas en la ignorancia.

Esta clase de espacios de esparcimiento erótico no son lugares de prostitución (no hay lugar a cobrar dinero para ver o tener sexo) y mucho menos para permitir comportamientos aberrantes de algún tipo sexual. Si su pretensión es ir con el interés único de conocer las barbaridades que se hacen, déjeme decirle que pierde su tiempo, no se va a encontrar con nada extraño que usted no haya visto o sabido antes: Juegos lésbicos ente mujeres, intercambio de parejas con previo consentimiento de los involucrados, etc.

Es bueno decirle que esta clase de rumbas se disfruta mas si usted asume una actitud desprevenida sin rótulos mentales.