Una sonrisa


Cuando ríes mi alegría se incrementa, y me ofreces una lección:

La última vez que nos vimos fue algo muy bello, sin darte cuenta me diste un testimonio de como se debe asumir los problemas. Sabiendo de antemano las dificultades por las que atraviesas, lo primero que haces cuando nos saludamos es regalarme la sonrisa mas bella que uno se pueda imaginar.

Para mi fue una total sorpresa, esperaba verte abatida, un poco cansada pero no, todo lo contrario, estabas mas radiante y hermosa que nunca. Siempre he creído que soy un hombre fuerte, difícil en dejarme vencer, pero otra cosa eres tu.

Tienes la osadía de reírte de ti misma, te burlas de tus propios errores, si observas que el cielo está gris lo llenas de estrellas. Esto es impresionante, dime ahora de que material eres, sin ningún disimulo rompes el paradigma de los seres normales.

Es imposible ocultar y menos evitarlo, pero cada día que pasa me sorprendes mas, jamás en mi vida había conocido una mujer parecida a ti. Mi intención al vernos era apoyarte, y terminaste dándome una lección de vida, es increíble, sin ninguna exageración así lo registro.

Mas que admirarte me ilusiono mucho, desde ahora, en construir juntos un mismo proyecto de vida con nuestros propios sueños y metas. Haciendo de la tolerancia y el respeto mutuo nuestro verbo rector. Cuenta conmigo, las veces que sea necesario, para estar a tu lado cuando me necesites.

Es un honor para mi poder compartir tu espacio, soy yo el que debo aprender muchas cosas que tienes por enseñarme. Antes de irme a dormir quería escribirte algo, no se si es lindo o no para ti, pero quería dejar una constancia, sentar un precedente de lo que estoy sintiendo. Te lo juro que todo esto es nuevo para mi. Feliz noche te deseo, y Dios guarde siempre de ti, un beso.

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Mensaje: Los hombres son tan estúpidos, que se la pasan la mitad de la vida buscando una buena mujer, y la otra mitad renegando de las mujeres. Pero siempre se lamentan de haber dejado pasar la mujer de sus sueños. Y ella en otros brazos aún lo ama en silencio, por lo general ya casada y con hijos. Una triste realidad.