Discusiones de mujer

Cuando una pareja está discutiendo algún tema concerniente a su relación, lo mejor y más plausible es suspender por unos días el contacto mutuo de los dos. Sin duda esto calma un poco las aguas turbulentas.

Al momento del reencuentro, evitar a toda costa seguir hablando de lo mismo, en ese instante lo más procedente es generar actos y comportamientos que denoten afecto de uno por el otro: Una sonrisa, un detalle, etc.

Por lo general una discusión sobre otra discusión termina a lo último alegando cosas que no tienen nada que ver con el origen mismo que generó la inconformidad de alguno de los dos. Casi siempre se trae a colación otros recuerdos, circunstancias que nada tienen que ver con el presente. En resumen, ambos terminan agrandando todo, lastimando la relación que se tiene.

Las mujeres son expertas en repetir y repetir siempre lo mismo mil veces, hasta no ver vencida la victima, postrada de su monólogo, no descansa. Las más perjudicadas de todo esto son ellas, con el paso del tiempo su conciencia misma las acusa, entrando en profundas depresiones. Se exageran en magnificar todo, con esto no quiero decir que muchas veces ellas tienen la razón, pero cosa muy diferente son las herramientas que utilizan para arrastrar con el cadáver de su victima.

A lo último terminan perdonando, pero dejando abierta heridas a veces incurables, con el pasar de los meses en silencio el hombre parte sin dejar rastros de sus huellas. Ahí es cuando la mujer entra en profunda reflexión, para luego reconocer ante ellas misma de su equivocación, pero ya es tarde.