Dos hombres me comen

Yo estaba saliendo con un amigo hacía dos meses. No era nada serio, pero me gustaba. Esa noche su roomate estaba cumpliendo años, y a mí me gustaba un poquito, tal vez porque era como prohibido. Nos fuimos de fiesta, la pasamos delicioso y nos devolvimos a la casa de ellos con otra vieja a seguir la rumba. Al llegar, nos pusimos a hablar y, sin pudor, le terminé coqueteando al roomate, con mi chico al lado, igual ni a él ni a mí nos importaba.

La vieja que estaba era una francesa, era amiga de ellos. De un momento a otro nos quedamos los cuatro solos en un cuarto. Yo estaba sentada en la cama con la francesa y los dos amigos estaban poniendo música en el escritorio. La francesa me empezó a coquetear y de repente me volteé y nos empezamos a besar. En un momento estiré la mano y halé al roomate para que me besara. Cuando quise hacer lo mismo con mi 'novio', la francesa se puso un poco brava porque ella no quería que los hombres la tocaran, ella solo quería comerme a mí.

A ellos no les importó que ella me diera besos, mientras uno me comía y a la vez yo masturbaba al otro. Ellos trataban de tocar a la francesa pero ella no se dejaba, entonces se salió del cuarto y se fue a dormir a la sala. Cuando ella salió, mi chico me empezó a comer mientras yo se lo mamaba al roomate. El centro de atención era yo, y obviamente estaba dichosa. No había como un libreto, yo no les pedía nada y ellos a mí tampoco, simplemente todo se iba dando solo. Hubo un momento en que se turnaron, uno me comía y el otro me besaba, o yo los masturbaba, lo que fluyera. Mi 'novio' me empezó a meter el dedo por la cola mientras el roomate me penetraba en posición del 'misionero' al borde la cama.

Y así fue como me di cuenta de que querían meterlo al mismo tiempo. Ya llevábamos en esas una media hora, yo estaba muy lubricada, entonces por eso no hubo problema. Intentamos primero que el roomate me lo metiera normal, y después mi novio lo hiciera por la cola. El primer intento es muy doloroso porque todo se siente muy estrecho. Yo ya había tenido sexo anal antes, y me había dolido, pero era un dolor rico. Esta vez era diferente, porque cuando mi novio intentó metérmelo por detrás solo alcanzó a meter la punta. Era como si la verga del roomate ocupara mucho espacio, entonces hay que saber acomodarse bien e ir haciéndolo despacio, como al tiempo. Lo intentamos la segunda vez, de forma rítmica. Yo estaba medio acostada boca arriba encima de mi novio, como sentada pero inclinada hacia atrás, y el roomate estaba en frente de nosotros. Me lo empezaron a meter casi al tiempo y al principio grité porque sentí como si se desgarrara algo adentro cada vez que empujaban. Traté de resistir más de cinco minutos, pero el dolor fue insoportable. Hay un punto en que las dos vergas se tocan adentro y ese es el momento más rico, pero es el que más duele.

La arrechera del sexo anal es distinta a la del sexo normal, porque la vagina tiene muchos puntos que estimular, mientras que cuando uno tiene sexo por detrás es diferente, a uno le gusta porque es muy estrecho y porque uno sabe que se lo están metiendo por el culo. Eso fue lo que más me gustó, lograr unir esas dos sensaciones. Lo repetiría, sin duda, es una experiencia que hay que vivir.