Entre ellas son enemigas

Sin dilación alguna se debe afirmar que, la peor enemiga de una mujer son las propias mujeres. Ellas más que sentir un miedo de ser abandonadas, siente un temor reverencial de que sus propias amigas, compañeras de género le quiten su pareja.

Todo esto se debe a esa envidia fraticida que ellas mismas sienten entre ellas, se devoran entres si, lo que no ocurre entre lo hombres, por el contrario, entre ellos existen códigos de conducta tácitos, que por centurias se han respetado. Si las mujeres aplicaran estos mismos principios, entre ellas mismas, las relaciones de pareja serian más estables.

La mujer es la reina de la especulación mental, fruto todo ello de saber como se comportan sus compañeras de género. Cuando ella está sin su hombre, lo primero que se le viene a la mente es la jauría de hembras detrás de su macho. Y el hombre con morbo desbordado, siempre deja dudas sembradas cuando ella ingenuamente lo interroga en saber donde andaba.

Cuando una mujer vive constantemente preguntando, averiguando las rutas de su caminar del hombre, este sabe que la situación de manejo de la relación está en su poder, ahí siente que ella está totalmente entregada.

Si la mujer asumiera una actitud opuesta a la citada en este precedente, no dudo que los hombres estarían más pendientes de su mujer, desesperados ellos por saber donde anda ella. Un silencio de mujer descompensa a cualquier hombre. Lo peor que puede sentir un hombre es que la mujer nunca le pregunte, nunca lo interrogue, se siente triste y despreciado, siente él que no es importante para ella.

Mujeres, suspendan de su vocabulario estar preguntando a toda hora, y verán los resultados.