Esperar de ti

Hola,

Razones tenían desde un comienzo todas las personas que me lo advirtieron en no involucrarme contigo, pero terca fui. Ingenuamente me dejé llevar por lo que trazaran mis sentimientos, sólo atendí lo que tiernamente expresaba mi corazón pero, ¿qué?, volví a perder.

Le aposté al amor y gané desprecio. Yéndote con otras mujeres en tus bien conocidas aventuras, sólo lograste que yo sufriera y me desencantara de ti.

Aceptar esto es duro, no lo voy a negar, pero más duro es continuar contigo viéndo lo que haces a mis espaldas, donde todo el mundo está enterado, menos yo.

Ya me cansé de darte mil oportunidades, de creer en tu falsa y mentirosa palabra, todas tus promesas de cambio fueron vanas. En mi partir, me siento la mujer más estúpida y usada por un hombre que sólo pretendió alimentar su estrecho ego, a costa de mis nobles sentimientos.

Estoy segura de que el destino sabrá cobrarte el daño que me has hecho, de mi parte puedes estar tranquilo que no perderé el tiempo deshojando odios innecesarios.

La única conclusión que saco, de todo este impasse, es lo sórdido que son los hombres en general. Definitivamente no hay caso con ustedes, sólo sirven como un medio para procrear la especie, de resto es poco lo que pueden aportar al crecimiento espiritual en los temas de amor.

Las enseñanzas culturales que han recibido desde siglos atrás los han privado de conocer el verbo Amar, jamás van a aprender a conjugar esta sublime palabra. Por eso en últimas no te culpo, eres parte de una masa amorfa que actúa como animales, donde el cerebro y el corazón son gobernados por pasiones insaciables y desenfrenadas.

Ya lo sabes... el destino es tuyo.

¡Adiós para siempre!, no intentes buscarme más.

Atentamente,

Mujer herida.