Mujer se excita

Para mantener bien enamorada a una mujer no solo basta mimarla, consentirla, es indispensable que ella sienta el poder de su hombre, ser fuerte también ante ella en los momento apropiados. La mujer detesta un hombre débil, timorato de escaso carácter.

Las féminas se estremecen cuando sienten el mando de su macho, obvio hay que saberlo hacer, sin duda su vulva se moja al sentir que su macho la domina, y se impone como varón ante ella. Sin embargo, hay que tener cuidado en saber desplegar esta función, extralimitarse es hacerla sentir humillada, de eso no se trata.

Los hombres mediocres, son inseguros y torpes en saber enfrentar esta clase de situaciones, y más cuando la mujer riposta tratando de asumir el control, ahí es cuando se conoce el verdadero talante del macho. La actuación debe ser con firmeza, sin doblegar su palabra reflejada en sus actos.

El hombre ambivalente hace que ella pierda el respeto por él, y de paso se mengua la admiración que ella siente. Es de vital importancia afirmar que, entre más temperamental sea la mujer, más fuerte hay que ser con ella, más decisión en enfrentarla, sin ninguna clase de miedos.

Es posible que en el fragor de la batalla que produce estos enfrentamientos, entre líneas aceptar como lucha de poder, ambos se falten el respeto. Si esto ocurre, lo mejor que debe hacer el hombre es huir en silencio, dejarla a ella sola sin poder hablar. Esto último es la peor tortura que puede sufrir una mujer, dejarla con la palabra en la boca, y más cuando sea ella la culpable. Jamás intente hablar con ella al instante de lo sucedido, pierde todo, y queda como un zapato viejo.

Aprovecho la ocasión para reiterar algo he manifestado tantas veces, con la mujeres no se discute, es perder el tiempo, yéndole bien empata, pero nunca se gana una discusión con una fémina.

Si es el hombre el causante, de faltar el respeto, lo mejor es partir también en silencio, y esperar que las aguas se tranquilicen, para luego emprender la reconquista. Lo mínimo recomendable son 8 días de silencio sepulcral para poder comenzar a actuar de nuevo.