Por fin te conoci


La vida nos da sorpresas:

Cuando menos me lo esperaba, aparece usted en el tránsito de mi andar, sin duda reconforta mi espíritu y, no le niego, esas ganas a veces menguadas de poder encontrar una mujer interesante.

El solo hecho de saber que existe, en estas preliminares del conocimiento que estamos emprendiendo me hace sentir pleno y tranquilo. De otro lado debo confesarle que usted me hizo sentir paz conmigo mismo, como si ya nos conociéramos de tiempo atrás. Los espacios del reloj rodaron sin darnos cuenta, todo era lleno de complicidad.

Si en otrora, las nubes de nuestro cielo han estado cubriendo la luna, brindémonos ambos en este tercio de nuestra existencia la oportunidad de vibrar en una misma dirección. Cuente con mi concurso, con mi firme decisión. Ambos necesitamos volver a creer, nuestras vidas no tiene sentido sin amar, no nacimos para vivir como una flor marchita.

Parto de una premisa, estamos cansados y fatigados de conocer personas, fatigados de emprendimientos fallidos, en mi caso de ver tanta mujer estúpida sin proyecto de vida, con poco interés de salir adelante, preocupadas más por las banalidades y el facilismo.

No me preocupa que el rasero de su espada, en no creer en los hombres, pase sobre mi espalda, tengo perfectamente claro quien soy y que quiero en estos momentos de mi vida.

El delicioso transitar, no del tiempo, sino del conocimiento mutuo entre los dos nos llevará sin duda a develar que somos en nuestra esencia: No se usted, pero de mi parte debo confesarle que soy de polos opuestos, detesto a rabiar los medios, nací para ser amado u odiado, cosa que me emociona por demás. No vine a este mundo para arrancar aplausos de la tribuna y mucho menos a tener un rosario de amigos. Quiero crecer como hombre junto con mi pareja, en las buenas y en las malas.