Todo es posible


Ahora somos complices:

Debo confesarte que, igual me pasó a mí, sentí que eras una niña con ganas de tener muchos amigos, y pasar tu tiempo conversando con todos ellos.

Sin embargo, la sorpresa fue mayor cuando día a día fuiste cautivando mi atención por vos. Sin darme cuenta de un momento a otro terminamos de cómplices, contándonos nuestros sueños. No puedo ocultar que todo esto ha sido lindo.

Entiendo que en todo esto se presenta toda clases de situaciones, pero te confieso que vos te haz encargado de hacerme creer que todo es posible, que lo único que se requiere es uno abrir las ventanas para que la energía entre.

Comprendo las dudas que puedas sentir, es inevitable, por eso mi afán de conocernos cuanto antes, saber que sentimos cuando nos miramos a los ojos, que siente nuestra piel al estrechar un sincero abrazo.

De otro lado debo decirte que, de mi parte estoy entregando todo lo posible para que este sueño por fin se cumpla, por eso te escribo para cultivar esos deseos de vernos pronto. Lo que si me da miedo, es volver todo esto que sentimos una mera relación virtual, me sentiría triste saber que, con el tiempo nos fuéramos acostumbrando a vernos como unos simples amigos virtuales.

Independientemente a lo que pueda pasar, entre los dos, siempre estaré aquí para escucharte, algún día la vida nos brindará de nuevo otra oportunidad, entreguemos todo a las manos de Dios.