Entender la realidad

Muchos ingenuos creen que dándose puños en el pecho, elevando oraciones al cielo, son suficientes para resolver una situación especial. A todos ellos les digo que el cielo sólo da aguaceros (lluvia). Si usted cree que de arriba viene la sabiduría, o que Dios lo va ayudar, no pierda el tiempo, mejor póngase a resolver el problema que tiene al frente.

No incurra en sumergirse en ilusiones, pensando en ayudas divinas, la oración sirve para: Tranquilizar los diferentes estados de ánimo, mejorar el nivel de discernimiento, pero nunca para resolver el problema, esa competencia es suya y de nadie mas.

Una de las grandes falencias, de todas las religiones, es tener una fabrica de venta de ilusiones y esperanzas. Los púlpitos no son el lugar indicado para escuchar consejos. La realidad de la vida está en saber aceptar los retos que ella impone.

Uno de los grandes errores, a la hora de los problemas, es no aceptar la realidad, se pierde mucho tiempo evadiendo la responsabilidad, se esgrime toda clase de disculpas para conocer el foco de la situación.

Otro error en el cual se incurre mucho es: Como el problema no se puede resolver ya, entonces es mejor aplazar cualquier decisión. Es una estrategia a medias, cuando el significado de aplazar es sinónimo de olvido, o un medio de evasión, pero es una estrategia eficaz cuando el problema se pone sobre la mesa y se da un tiempo de espera para tomar la mejor decisión, son dos situaciones muy distintas.

Es muy normal hoy en día ver jóvenes, adultos que van por la vida sin saber ni conocer cuál es el centro de su existencia, sin importarles cuál es su misión en estos planos terrenales. Esto hace que: Cuando surgen inconvenientes, situaciones que resolver eligen el camino que no es el correcto (drogas). En casos mas graves contemplan la posibilidad del suicidio como forma de solucionar el problema, pero como son tan cobardes y mediocres, no tienen el valor suficiente para llevar a cabo su intención. Y, que conste, payasos de estos hay muchos en todas las familias.

La dificultad de la vida no son los problemas, sino la incapacidad que se tiene para resolverlos. No saber manejar los temores, no saber controlar el miedo, no tener espacio para la reflexión, no aceptar los espacios de soledad. Todos estos eslabones hay que construirlos en el caminar de la vida, no cuando los problemas sobrevienen.

Entender un problema es una cosa, aceptarlo es otra. Si bien son palabras parecida que invita al equivoco, son situaciones diferentes. En la aceptación se llega a la realidad, y sólo hay dos caminos para escoger: Sumirnos en la derrota, o comenzar a enfrentarlo de la manera correcta.

Nota: Si desea saber mas de este tema, siga leyendo otros textos de esta categoría.