Redes sociales y sus desventajas

La vanidad de ser visible, de estar a tono con la realidad, de pertenecer a un grupo social, de conocer y hacernos conocer nos lleva en abrir y tener una cuenta en alguna de las redes sociales existentes (facebook - twitter - etc.) sin embargo, pocas veces pensamos en los riesgos que esto conlleva a la hora de nosotros entablar una relación afectiva.

Estar en una de estas plataformas sociales es abrir nuestra vida al escrutinio de los demás, es permitir que otros sepan lo que hacemos: Como nos comportamos, dar pie a interpretar nuestra forma de pensar, quienes son nuestros amigos - familia, cual es nuestro perfil social, cuáles son nuestras afinidades, etc.

Al momento de abrir la cuenta pocas veces nos detenemos a pensar en los riesgos que esto implica, de ahí que sea de vital importancia tener presente estos aspectos para configurar de manera apropiada el acceso a nuestra cuenta de terceras personas.

Los tiempos han cambiado, ya no necesitamos esperar comentarios de otras personas para saber con quién estamos saliendo y/o conociendo, basta hacer un rastreo por la Web para enterarnos y conocer detalles de la persona que nos interesa.

Cada vez que escribimos, subimos una foto, anexamos o aceptamos un nuevo amigo(a), ingresamos a un grupo, etc., estamos dejando una huella de nuestra personalidad, forma de pensar, manera de relacionarnos. Ahora bien, con toda esta información la persona interesada, de investigar sobre nosotros, tendrá las herramientas suficientes para formarse una idea de lo que ha pasado en nuestra vida - pasada o actual -, y mas aún podrá conocer en tiempo real que estamos haciendo en el día a día, para luego confrontarnos.

Se ha vuelto costumbre, casi que obligación tácita, para conocer una persona, ofrecer nuestra cuenta (facebook - twitter - etc.) antes que pedir un teléfono, o el mail de contacto.

Es por eso que hoy día, nuestra vida es un libro abierto donde se ha vuelto difícil encubrir, ocultar, mentir. De ahí entonces que nos pasamos mas tiempo resolviendo dudas, respondiendo interrogantes a nuestro interlocutor afectivo que, conociendo o interactuando de manera desprevenidamente.

Muchas relaciones de pareja estables han sucumbido a los embates de interrogación a los que son sometidos por sus pares. Los espacios de conversación y diálogo son copados - hoy en día - en resolver dudas y ofrecer explicaciones sobre el comportamiento en las redes sociales de su compañero(a). No hay duda que la Internet se ha vuelto un centro de acopio para despertar celos y motivar la inseguridad de la pareja.

Tener varias cuentas abiertas en redes sociales: Una para la familia, otra para los amigos, etc., tampoco sirve de mucho, a la hora de ser rastreado. Al detectar la evidencia el interesado(a) siempre buscará la forma de ser admitido, si no hay aceptación (invitación) surgirá de inmediato la duda.